Jesus: Gloria, Gracia Y Verdad (Juan 1:14-18)

Introducción

  • Juan nos presenta a Jesucristo como el “VERBO”, usando una metáfora, como diciendo que Jesucristo está viniendo de Dios, revelándose a sí mismo como el Mesías y Emmanuel (Isaias 7:14).
  • Juan nos presenta a Jesucristo que NO es un hombre creado, sino que es el Infinito se hiso finito, el Eterno entro en el tiempo, el Omnipresente fue confinado al espacio de un cuerpo humano, el Invisible se volvió visible, y esta es la verdad central del evangelio de Juan; que Jesucristo es Dios.

 

¿Cuál fue el motivo de que Dios se encarnó?

  • Primero se encarnó, de igual manera para traer al mundo de Juan {nosotros} orden al caos espiritual de los hombres, que estaban vacíos de la vida espiritual {eterna o abundante}, y sin su luz, en oscuridad espiritual.
  • Segundo se encarnó, para redimirnos a los que estaban bajo la ley {ley nos anuncia que estamos bajo pecado y muerte}, y para que recibiéramos la adopción de hijo (Juan 1:17; Gálatas 4:4-5)
  • Tercero se encarnó, para destruir por medio de su muerte el “imperio” de la muerte el diablo, y librar a los que estaban toda la vida en servidumbre (Hebreos 2:14-15).
  • ¿Por qué digo esto? Porque el Verbo tiene que ver con la mente, y los planes y propósitos de Dios, y Juan nos dice que la Luz de los hombres vino al mundo para iluminar la mente del hombre para que conocieran los planes y propósitos de Dios para sus vidas.

 

El apóstol Juan para cumplir la ley trae otro testimonio, el de Juan el Bautistas

  • Juan el Bautista enviado por Dios para que diese testimonio de la Luz verdadera que alumbra a todos los hombres para cumplir la ley porque debe haber dos o más testigos para aceptar un testimonio (1:6-13).
  • Juan vuelve a dar el testimonio de Jesucristo el Verbo de Vida (I Juan 1:1-3).
  • Al igual que el apóstol Juan nosotros también debemos dar testimonio de la Luz del mundo (Mateo 5:14-16).

 

Juan estaba maravillado con la revelación de que Jesucristo es Dios

  • En Juan 1: 14a: “Y aquel verbo fue echo carne”. El Verbo está significando al Hijo de Dios Jesucristo, que fue echo carne y carne implica aquí en un sentido que su naturaleza divina no vence su naturaleza humana y su naturaleza humana no vence a su naturaleza divina.
  • En Juan 1:14b: “Y habitó entre nosotros”. La palabra habitó – implica que estableció su tabernáculo con nosotros los hombres, el Emmanuel.
  • El Verbo se hiso carne y vivió como hombre, pero con la excepción sin pecado, porque no lo conoció (II Corintios 5:21).
  • En Juan 1:14c: “Y vimos su gloria, gloria como la del unigénito del Padre}. La gloria de Dios vista en el Unigénito del Padre está íntimamente ligada a Su naturaleza, y Su Deidad que refleja la suma de todos sus atributos incomunicable y comunicable Dios:  Soberano, Transcendente, Eterno, Inmutable, Altísimo, Sublime, Perfecto, Incomprensible, Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente, Creador, Proveedor, Pastor, Fuego, Santo, Justo, Consolador, Consejero, Bueno, Celoso, Juez, Fortaleza, Redentor, Esperanza, Verdad, Descanso, Vencedor, Amor, Paz, Luz, Vida, Escudo, Refugio, Padre Eterno, Liberador, Galardonador, Sanador, Sabiduría, Resurrección, Misericordioso, Compasivo, Paciente, y Fiel.
  • En Juan 1:14d: “Lleno de gracia y verdad” – Juan nos dice que la gloria de Dios está íntimamente ligada con estas dos palabras gracia y verdad. (Juan 14:9; I Timoteo 3:16).
  • Porque cuando recibimos la Verdad {Jesús}, es cuando recibimos la Gracia, y cuando recibimos la gracia, es cuando podemos vivir en la Verdad de Dios
  • La gloria de Dios es – la belleza que emana de su caracter, y de todo lo que Dios es, y la manifestación luminosa, refulgente del poder, la grandeza, y la santidad de Dios (Exodo 15:11).

 

Conclusión

La pregunta que yo me hago y que todos nos debemos de hacer es la siguiente, ¿Cuándo hablan de Jesús o Yeshuá, de quien están hablando?

  • Del Jesús el Mesías, el Emmanuel, el Verbo, el Creador, la Vida, la Luz, el Hijo Unigénito del Padre con Gloria, y lleno de Gracia y Verdad o están hablando de otro Jesús; porque el que niega que Jesús es el Cristo, o el Dios encarnado, no tiene al Padre; y pierde la promesa de la vida eterna (I Juan 2:23-25; 4:1-3; 5:1, 20).

 

 

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